Las imágenes de los bosques en llamas están inundando nuevamente las redes sociales. Pero esta vez no es ni Australia, ni el Amazonas, ni el Delta del Paraná. Es el norte de la provincia de Córdoba.
Los incendios forestales están adquiriendo proporciones cada vez más alarmantes, están destruyendo nuestro ecosistema y su biodiversidad con las graves consecuencias que esto implica.
Hoy más de 175.000 hectáreas están bajo el fuego, impactando en la biodiversidad y en la salud y seguridad de las personas que habitan en sus alrededores, muchas de ellas en situación de vulnerabilidad y sin acceso a los servicios esenciales.
El 95% de los incendios forestales son producidos por intervenciones humanas, por acción u omisión. La #CrisisClimática y ecológica hace que se profundicen las quemas: la falta de precipitaciones, las temperaturas elevadas, el bajo porcentaje de humedad, las heladas constantes y los vientos fuertes inciden en su propagación.
La destrucción de la naturaleza está latente hace mucho tiempo y avanza en paralelo a la crisis sanitaria del #COVID19. La cuarentena nos llevó a repensar muchas cuestiones. Estos sucesos dejan expuesta la falta de control por parte de las autoridades y de normativas de protección ambiental. Debemos repensar las formas del modelo productivo para la gestión sostenible de los ecosistemas y bienes naturales.